«Madre, a ti te dedico mis poesías» Maika Etxarri
- luzblanca75
- 10 ene 2022
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 11 ene 2022
Madre, a ti te dedico mis poesías
Madre te quiero, mi bella flor de Jericó, la joya del Nilo, la auténtica flor de loto en el jardín del Edén. Mma thlit gori, madre te quiero, tu alma dulce es mi bello universo. Te quiero, aquí y ahora en el eterno presente. Infinitas gracias madre por el regalo de la vida.
Yo te elegí desde el cielo como madre, por tu valor y coraje, por tu bondad y humildad, por ser tu alma pura y blanca como las nieves de las montañas sagradas de nuestro amado Himalaya. Himalaya, tierra inmortal de las nieves inmaculadas, como el agua como el espejo reflejan la dulzura de tu alma libertaria.
Al poder del amor, a un beso en el eterno silencio de tu alma y de mi alma. Madre te quiero… Y nuestras almas vuelan al infinito universo cuando el padre sol ama a la luna roja, en nuestro árido desierto de Judea.
Madre te quiero, y lloro en el eterno silencio de mis sueños rotos. Rotos por inmensas cadenas y vallas, por intensos aferramientos, orgullos y vanos deseos. Madre te quiero, aquí y ahora agradezco tu amor al Ser Supremo y al inmenso universo. Agradezco cada instante de nuestro amor intenso, cada pedazo de vida entrelazando palabras dulces, susurros tenues al viento sureño.
Madre, eres Talwardat nljla, la rosa blanca de mi desierto. Madre eres mi amor verdadero, mi bello lirio-rosa de mis sueños, en el mundo mágico de Morfeo. Madre a ti te dedico mi vida entera, mis palabras dulces, todo lo que yo poseo. Madre a ti te dedico mi libro, escrito con tinta roja de intenso amor y sufrimiento. Madre, tú eres mi Talwardat nljla, mi bella rosa del desierto.
Tu alma como hija de la luz volará hacia la inmensidad del universo etéreo. Tu alma llorará lágrimas rotas de plata en las noches irisadas, en las noches estrelladas de terciopelo raso. Madre, tu alma cantará odas poéticas al Ser Supremo, en el atardecer profundo de este samsara, de este amargo sufrimiento.
Madre, nunca olvides mis palabras, palabras que susurran a tus vientos.
Madre, eres flor de azahar, jazmín bello del Nepal, árbol sagrado de la luz blanca infinita, plenamente consciente. Y en el amanecer dorado, tu alma y mi alma fusionadas volarán juntas como bellas mariposas blancas. Volarán entonando versos cantados a los ángeles, a los mensajeros de la luz desde Oriente a Occidente.
Madre nunca olvides mis palabras, mis susurros a los vientos de tu árido desierto. Eres mi ninfa dorada, mi adorada princesa en los transparentes mares de hojas plateadas. Rebrillos de soles y lunas, destellos finos de luces entre leves sombras.
Y tu alma de luz despierta a la sabiduría, a la liberación suprema, con el amanecer rubí, entre arcoíris de luces rotas por el sol naciente. A tu alma, a mi alma a nuestro amor en la luz del alba. Al poder del amor entre almas de luz inmortales, a tu canto al alma cósmica en tu universo inefable.
Con amor inmenso tu hija
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